Siempre
ocurren, los tesoros se descubren
de casualidad y en lugares donde
uno menos espera. Esto me ocurrió
cuando en días pasados
visitando una tienda de libros
usados de nuestra capital, me
ofrecieron un Nuevo Testamento
en español de Cipriano
de Valera, publicado en Nueva
York en el año 1867.
Saliendo
de la tienda con mi Testamento
de Valera, me alcanza corriendo
un secretario del librero y
me acerca un pequeño
libro antiguo de color negro.
La única inscripción
en el lomo del mismo reza; "Ñandeyára
ñe'é". Al
abrir? las páginas del
libro me encuentro con la emocionante
sorpresa, de que se trata, nada
menos que del Nuevo Testamento
en guarani, publicado en Londres
en elí año 1913
por la British and Foreign Bible
Society. Admito que esa tarde
asunceña fue la primera
vez que conocí, vi y
toqué este valioso testimonio
de nuestra lengua. Surgieron
un montón de preguntas,
pero la más fuerte era
la curiosidad por saber, ¿quién
habrá sido el dedicado
lingüista que por aquella
época se ocupó
de tan abnegado trabajo? La
época de la publicación
del material, no fue la más
propicia para ninguna impresión
o publicación en el idioma
guaraní. Vasta tener
presente el decreto del siete
de marzo de 1870 donde se trató
de reorganizar las escuelas
de instrucción primaria.
El referido decreto en su artículo
10 dice textualmente: "se
prohibe, también, a los
maestros, que permitan hablar
en las escuelas el idioma guaraní
sino únicamente el español".
A esto se debe unir la opinión
casi generalizada de la generación
del 1900 que culpaba directamente
al guaraní del atraso
en el aprendizaje y progreso
de los niños y niñas
en las escuelas. La Revista
de Instrucción Primaria
publicada entre los años
1903 y 1920 en varios artículos
señalan al guaraní
como un obstáculo para
el desarrollo intelectual. Todo
este escenario da mayor valor
a nuestro tesoro encontrado:
"Ñandeyára
ñe'é" |
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¿Quién
o quiénes fueron los
traductores de este Nuevo Testamento
al guaraní de 1913? Algunos
datos podemos acercar para responder
a esta consulta. La única
referencia escrita que hasta
ahora tenemos constituye un
material impreso en Montevideo
en al año 1980. En un
formato monográfico,
el pastor Guillermo Milovan,
ex secretario ejecutivo de la
Sociedad Bíblica del
Paraguay y Uruguay escribió
sobre la Biblia en el Paraguay.
En dicho material se nos cuenta
que "el trabajo de traducción
del Nuevo Testamento en Guaraní
es vital para el progreso de
la obra en el Paraguay. El Dr.
J. W. Lindsay, que vive en Belén,
cerca de la ciudad de Concepción
en el norte del país,
trabaja en esta empresa, la
que culmina en 1913. De esta
manera se suma a la distribución
de la Escrituras un nuevo idioma
como fruto del esfuerzo misiones
que tiene como único
propósito, dar el mensaje
de redención en su propio
idioma a miles de almas".
A este dato habrá que
adjuntar lo escrito por el misionero
e historiador anglicano, Eduardo
Brice, quien nos brinda un perfil
de Lindsay. Poco es lo que sabemos
de este traductor y menos aun
de su equipo de apoyo en la
traducción. Es común
en estos casos de traducción
contar con un grupo de apoyo
de personas que usan comúnmente
la lengua. Podemos suponer que
el primer libro impreso en lengua
guaraní en el siglo XX
fue el Nuevo Testamento.
Una
característica particular
del Nuevo Testamento de 1913,
representa el hecho de que es
una traducción realizada
al guaraní desde el original
griego. Su lectura es relativamente
fácil y de rápida
comprensión. Los términos
y conceptos son familiares,
cosa que facilita la asimilación
de su mensaje teológico.
Estas características
lo ubican en una aventajada
posición frente a todas
las demás traducciones
posteriores realizadas al guaraní.
Por ahora, el Testamento de
1913 entrará a formar
parte del tesoro literario de
la Facultad de Teología,
sede IBA. Allí se podrá
observar y apreciar este tesoro
que por casualidad llegamos
a encontrar.
POR
FLAVIO FLQIRENTÍN
Usado
con permiso. Del Periódico
Panorama Cristiano.
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